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Unos hermanos duermen en una silla de paseo gemelar. Los dos son son mayores.

¿Hasta cuándo se puede usar la silla de paseo?

El mundo se llena de preguntas que no te habrías planteado jamás hasta que eres madre. Si eres primeriza, las preguntas se multiplican, y a partir del segundo hijo la cosa se relaja (pero siempre hay una nueva pregunta con la que no contabas). En esta ocasión, vamos a hablar de la cuestión de la silla de paseo: ¿hasta cuando la puedes utilizar? Y, ¿hasta cuando la aceptarán tus hijos?

Cuando los niños empiezan a caminar, no quieren hacer otra cosa. De hecho, caminar es lo mejor que pueden hacer para que su desarrollo transcurra de manera correcta. Probarán, caminarán, se caerá, y poco a poco dominarán la técnica hasta que llega ese terrorífico momento en el que aprenden a correr y hay que buscarlos por todas partes. Puede que en esa fase lleguen a renegar de la silla de paseo, pero como padres no podemos ceder a esas exigencias. La silla de pase seguirá siendo nuestra mejor aliada para salir de casa, incluso para niños de más de tres años.

Las razones son muchas, pero una silla de paseo nunca es una simple silla. Al contrario, la silla de paseo es un andador, una trona, una cómoda butaca para ver la tele, un sitio para merendar cuando vamos al parque, una cómoda cuna para una siesta en cualquier lugar, el mejor mirador para disfrutar del súper y, por supuesto, es el transporte ideal para todos los enseres que podemos imaginar. Y un transporte que podemos dejar bien aparcado en el parque o en donde estemos (sobre todo si te haces con un PONNY).

La silla de paseo es tu mejor aliada para disfrutar (de nuevo) de vida social y para las salidas de fin de semana, y más ahora que estamos en primavera y, se supone, llega el buen tiempo. Y la usarás más allá de lo que te parecía necesario porque los niños pequeños, a pesar de ser auténticos acumuladores de energía, se cansan muy pronto al andar. No es posible llevarlos de paseo sin silla y completar más de 200 metros, al principio, sin que se cansen y pidan brazos.

Eso sí, siempre piensa en la comodidad de todos, tanto la del niño como la propia, y la mejor recomendación es buscar una silla de paseo ligera para esta fase, una silla que tenga buena maniobrabilidad y que no pese tanto como el carro, y que se pliegue como un paraguas. Aquí repasamos las claves para elegir la mejor silla de paseo según tus necesidades.

Respondiendo a la pregunta del principio, puedes utilizar la silla de paseo hasta que tus hijos no se cansen tanto como para no poder regresar caminando a casa después de darlo todo en el parque. La edad… no se puede decir porque cada crío es un mundo. Y, respondiendo a la segunda pregunta, tus hijos la aceptarán siempre que la vean como eso tan útil para llegar a casa sin tener que mover un dedo porque han gastado toda su reserva de energía en ese mismo parque. Y siempre que la vean como ese lugar calentito para echar una siesta después de comer, con el calorcito del verano.

Fotos | Ryan Dickey, Micah Sittig en Flickr.